Además de proteger contra las fugas de agua, la silicona también puede evitar corrientes de aire intempestivas, el polvo y el ruido. Su aplicación es sencilla: tras limpiar la superficie de aplicación con un trapo humedecido en acetona, coloca la pistola dispensadora en posición oblicua a la junta que pretendas sellar. La dosis aplicada puede alisarse con el dedo.
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