Efectos del Ginseng Coreano en enfermedades del higado

El hígado es el mayor órgano del cuerpo humano; constituye del 3 al 4% del peso humano total, y su misión (cerca del 12% del metabolismo total) se centra en el control del metabolismo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Además actúa contrarrestando el efecto de las sustancias tóxicas y nocivas, en general, que se encuentran en el organismo. Como resultado de su acción se forman unos metabolitos que se almacenan en dicho órgano donde se descomponen y se vacían al torrente sanguíneo cuando el proceso ha terminado. Como ejemplo, podemos citar los sacáridos de los alimentos que son absorbidos como monosacáridos (glucosa por ejemplo) y almacenados en el hígado como glucógeno, que es un polisacárido; en estas circunstancias, cuando el nivel de glucosa en sangre disminuye, el glucógeno hepático se descompone y forma la glucosa que se libera a la sangre para compensar aquel déficit; precisamente, la razón por la que se puede sobrevivir durante algunos días sin comer es esa capacidad almacenadora de glucógeno por parte del hígado.

Este órgano posee de 200 a 300 billones de células con una gran capacidad para regenerarse, por lo que aún cuando los dos tercios del hígado resultasen dañados podría desarrollarse una actividad normal; no obstante, el hígado pierde esa capacidad regenerativa cuando está sometido a una fatiga continuada sin darle tiempo a recuperarse; algunas causas habituales de la disfunción hepática suelen ser la acumulación de stress o de fumar en exceso, así como la bebida abundante, todo lo cual puede llegar a producir anomalías de diversa importancia, hasta llegar a la cirrosis.

Según las experiencias de Oura de la Universidad Toyama de Japón, administrando ginseng a ratas a las que se les había extirpado 2/3 de hígado, la regeneración de su tejido hepático era 34% más elevado que en las ratas no tratadas con ginseng. Este científico atribuyó los efectos a un grupo de componentes que denominó "factor estimulante de la síntesis de proteínas" a las que dio el nombre de "prostisol".

Las disfunciones más frecuentes del hígado suelen ser la hepatitis, especialmente la vírica de tipo B que cuando se convierte en crónica degenera en cirrosis, la cual puede degenerar en una etapa ulterior en cáncer de hígado. Por ello resulta de mayor importancia el tratamiento preventivo para evitar que derive en un estado crónico. En este sentido, el profesor K.H. Koo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hanyang observó que la administración de ginseng a 201 pacientes afectados de hepatitis vírica tipo B no solamente prevenía la posibilidad de que la hepatitis llegara a hacerse crónica, sino que adicionalmente contribuyó a la recuperación temprana de la célula hepática.

Por otra parte el profesor D.R. Hahn de la Facultad de Farmacia de la Universidad Choongang descubrió que el ginseng disminuye la degeneración celular en casos concretos, como la muerte de células hepáticas, inducida por productos químicos, tales como tetracloruro de carbono o fenacetina.


Sobre el mismo tema, el profesor Y.R Min del College of Medicine de la universidad de Corea, observó que el ginseng tenía capacidad para normalizar el nivel de actividad cuando se produce una intoxicación hepática. Así, el profesor J.H. Lee de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de Kyungbuk examinó los cambios de forma de la célula hepática mediante el microscopio electrónico y confirmó el efecto del ginseng en la prevención de la lesión hepática.

Adicionalmente, el Dr. J.Y. Lee del Instituto de Investigación del Korea Ginseng and T. investigó el efecto del ginseng en el benzopireno, producto cancerígeno y que se produce por la descomposición en el hígado de los alquitranes contenidos en el humo del tabaco, en las emisiones gaseosas de los automóviles y en las cenizas. El Dr. Lee descubrió, además, que el ginseng posee un efecto desintoxicante, lo que le llevó a afirmar la importancia de éste a la hora de impedir el desarrollo de los tumores cancerígenos.

También se ha demostrado científicamente que el ginseng es un producto efectivo para combatir la intoxicación por metales pesados. Dichos metales, frecuentemente empleados como estabilizadores en la síntesis de resinas, pesticidas, colorantes, en aleaciones, etc, son potentes contaminantes ambientales hasta el punto de llegar a destruir el ecosistema. Existe una diferencia importante en la intoxicación por metales pesados en función del metal de que se trate; no obstante, la mayoría provocan desarreglos digestivos tales como vómitos, dolor de estómago y diarrea; además, si se está expuesto a su influjo durante un largo período de tiempo pueden resultar dañados los riñones, los pulmones y el hígado.

La intoxicación por cadmio, en particular, fue una enfermedad endémica, que se extendió por toda el área del río Jintsu, en Toyama, Japón. Se le denominó Itai-Itai (dolor-dolor), en japonés, como consecuencia del dolor constante que producía en espalda y hombros, semejante al que siente una madre multípara tras la menopausia. Otro de los efectos producidos era una forma peculiar de caminar, semejante a la del pato; toda esta información difundida a nivel mundial produjo una auténtica conmoción.

El Dr. Murata, del Hospital Central de Toyama, en Japón, fue el descubridor de la efectividad del ginseng frente al Itai-Itai y, en general, como desintoxicante para los enfermos que sufren los efectos de los metales pesados. Desde entonces no se ha avanzado más en esta sentido, pero se está dando un nuevo impulso como consecuencia de la constante preocupación por los temas medioambientales tan relacionados con los metalespesados. Un caso concreto lo presenta el plomo, grave problema para personas que trabajan en empresas que lo manipulan, dado que es fácilmente absorbido por vía digestiva y respiratoria siendo transferido inmediatamente a los huesos, distribuido por todo el organismo y excretado lentamente a través de la bilis, orina, sudor y pelo. Durante este trayecto, el plomo presenta efectos perjudiciales sobre el sistema nervioso provocando además parálisis, nefritis, anemia e incluso puede dañar el órgano hematopoyético.

A través de unos ensayos clínicos llevados a cabo por el Dr. H.J. Kim de la Universidad de Wonkwang, en los que provocó la intoxicación por plomo, inyectando 5 mg de dicho elemento en la cavidad abdominal de animales de laboratorio, demostró que inyectando posteriormente 10 ml de extracto de ginseng en agua (40 gr ginseng en 200 ml de agua), se doblaba la cantidad de plomo que se excretaba por la orina. Asimismo demostró el efecto perjudicial del plomo en el sistema inmunológico, puesto que al ser excretado lentamente, en condiciones normales, durante su paso por el organismo disminuye el número de glóbulos blancos reduciendo la resistencia a las infecciones. De ahí que el ginseng, al facilitar la excreción rápida y en cantidades dobles de las normales, actúa devolviendo a la normalidad la función inmune o, al menos, mejorándola.

Se llevó a cabo otro importante grupo de ensayos dirigido a la determinación de los efectos del cadmio en el organismo y en la actividad beneficiosa del ginseng en este aspecto. Concretamente el Dr. S.I. Kim del Ginseng and T. Research Institute, comprobó que los animales de laboratorio a los que se había administrado cadmio sufrían un retraso en su crecimiento, mientras que aquellos a los que además se les administraba ginseng presentaban un crecimiento normal, observándose además que estos últimos, al igual que en el caso del plomo, la cantidad de cadmio excretada era muy superior a la del lote control (no tratado). Se sabe que el cadmio en el organismo se combina con la proteína llamada tionina, producida en el hígado y riñón, formándose el complejo metal-proteína, siendo de esta forma excretado por el riñón en la orina; por lo tanto, la presencia de esta proteína es fundamental para la eliminación del cadmio que tiene efectos perjudiciales en la presión renal, si no se combina con dicha proteína. Pues bien, según estas investigaciones, el ginseng promueve la síntesis de la tionina con el efecto subsidiario de recuperar o reparar la función renal.

También está demostrado, a través de las investigaciones del profesor Gura del Medicine and Pharmacy College de Toyama, en Japón, que elginseng promueve la síntesis del RNA en el hígado. Por otra parte, el profesor Shoji, de la Universidad de Showa descubrió que el ginseng acelera la biosíntesis del colesterol y el catabolismo.

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