Esta fórmula medio mágica la practicaban (aunque no con pelotas de tenis) los faraones egipcios para aliviar la ansiedad, desarreglo nervioso que, según cuentan algunos historiadores, les acechaba con frecuencia.
Con los pies descalzos y sentado en una silla, presionar una pelota de tenis moviendo el pie para que se produzca un automasaje de la parte más cóncava y central del pie, entre el talón y los dedos.
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