Para aquellas personas que sufren unas manos ásperas a causa de agentes externos como el clima o el uso de productos agresivos, no hay nada mejor que añadir un poco de azúcar a la crema hidratante habitual. Se aplica la mezcla en las manos y se masajean hasta que el azúcar quede disuelto, posteriormente se lavan las manos con agua templada, se secan y finalmente se aplica la crema hidratante sola.
La mezcla de crema con azúcar actúa como exfoliante arrastrando las células muertas de la piel y facilitando que la crema normal habitual penetre y actúe hidratando las manos en profundidad.
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