Para obtener unas manos perfectas y finas solo hay que cocer una patata y una vez se haya enfriado se machaca, se le añaden dos cucharadas de leche fría y dos cucharadas más de miel. Se mezclan bien los tres ingredientes hasta conseguir una pasta homogénea y se esparce por las manos con un ligero masaje. Se deja reposar durante un cuarto de hora y finalmente se retira con agua templada y verás como quedan unas manos de cine.
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