El ancestral fruto de la vid, que ha seducido al hombre desde el principio de los tiempos, no es sólo la materia prima del vino o un postre más. Las propiedades de la uva para nuestra salud son numerosas y trascendentes.
Las uvas poseen cualidades curativas no demasiado conocidas, con acción directa en varias enfermedades. Además, por su alto contenido en nutrientes y elementos vitalizantes, es un alimento muy completo para los niños.
De acuerdo a su composición química, el jugo de uva puede compararse con la leche materna, porque es un alimento altamente nutritivo y de gran valor calórico. Más allá de ese poder nutritivo, las uvas ayudan también al organismo a expulsar elementos intoxicantes, depurando el cuerpo mediante la acción de distintos ácidos naturales.
Se ha comprobado que el jugo de la uva puede usarse para contrarrestar enfermedades como la neurastenia, la anemia, patologías relativas al riñón y problemas intestinales. Asimismo, este líquido natural depura la sangre y enriquece el sistema circulatorio.
Consumiendo uvas diariamente en las principales comidas, y optando a la vez por menús livianos, es posible luego de un tiempo obtener una importante desintoxicación corporal.
Para ello, resulta vital no mezclar la uva con el consumo de verduras al mismo tiempo. La fruta debe consumirse antes o después que los vegetales.
De esta manera, el milenario producto de la vid nos acerca otra posibilidad para alimentarnos sanamente y combatir enfermedades de modo natural. Una propuesta más que interesante.
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