Al comprarse ropa es conveniente observar si se detallan en su etiqueta los cuidados a los que debe someterse el tejido a la hora de lavarlo. Si no es así, pida información y consejos al vendedor –algunos suelen adjuntar con sus prendas unas fáciles instrucciones de lavado y conservación-. Ante la lana y la seda se hace preciso tomar precauciones. Las prendas de lana deben lavarse con agua templada o fría y jabón neutro. Si es de color blanco, añada al agua dos cucharadas de agua oxigenada por litro de agua para que no se vuelvan amarillas con los sucesivos lavados.
Las lanas de color cobran viveza si se incorporan unas gotas de vinagre en el último aclarado. En cuanto a las prendas de seda, recuerde que no hay que retorcerlas nunca entre las manos y que tanto si son blancas como de color, deben secarse a la sombra.
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