El estaño viejo no se limpia de la misma manera que el nuevo. No hay que rayar los objetos antiguos, que deben conservar su pátina y su grano.
Si el estaño está manchado: frótelo con yeso y un cepillo; enjuague con agua limpia y seque cuidadosamente.
Si el estaño es antiguo: frótelo con movimientos circulares, delicadamente, con corchos. Cuando el objeto esté limpio, termine con un paño de franela.
En otros tiempos se limpiaba el estaño con algunas hojas de puerro cubiertas de ceniza. Este procedimiento restituye a la pieza toda su calidad mate.
Si el estaño es moderno: límpielo con un producto apropiado y dele brillo frotando enérgicamente con un paño de franela.
Si el estaño es brillante: lávelo periódicamente con cerveza caliente. Evite el uso de sustancias comerciales corrientes. Podrían atacar el brillo particular del objeto
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