Los ambientadores comerciales no son recomendables ya que suelen incorporar sustancias peligrosas como la naftalina, y lo único que hacen es enmascarar los malos olores con otros sintéticos y más fuertes. Lo que se puede hacer, es recurrir a ambientadores naturales como el de lavanda.
Ingredientes:
100 ml de alcohol de 96º
10 gotas de esencia de lavanda
Preparación:
Se mezclan los dos ingredientes y se echan en un frasco pulverizador.
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